Este es un texto que concursa en “Relatos eróticos breves”. Si quieren participar, aquí tienen las bases. Y si desean ver todos los relatos que concursan, solo tienen que hacer click en la categoría “Concurso de relatos eróticos” que se encuentra en la banda de la derecha, en el apartado “Categorías”.
TARDE DE AGOSTO
Todo el mundo se había ido de vacaciones, la ciudad anochecía casi desierta, me disponía a salir a la calle para ir a cenar con mi novia en un elegante restaurante que acababan de abrir. Estaba atándome los zapatos, cuando una luz al otro lado del patio retuvo mi atención, vi una sombra recorriendo la pared, hasta que se detuvo frente a la ventana. Era ella, la conocía, conocía sus ojos, su larga melena negra, era una chica muy especial, la semana anterior captó mi atención en la calle, pero no sabía quien era, me sorprendió que viviera tan cerca de mi. Corrió la cortina y comenzó a desnudarse, apagué la luz para que no me viera y estuve un rato contemplándola, me sentí a medio camino entre un espía y una maruja cotilla. Apenas podía verla, pero reconocía su silueta por detrás de aquella molesta cortina. El silencio era abrumador, excepto por el latido ensordecedor de mi corazón. De pronto dejé de verla y el sonido de una ducha alivió aquel silencio. Empecé a fantasear con ella, casi a desearla… pero ¿qué estaba haciendo? ¿qué hacía espiándola? era muy tarde debía marcharme, de repente el silenció inundo otra vez aquel patio y no pude evitar volver a mirar. Entró en la habitación se acercó a la ventana, corrió la cortina y miró hacia el patio como si se sintiera observada. Iba cubierta con una toalla blanca mientras se secaba el pelo con otra. Yo la observaba a oscuras. De pronto mi móvil comenzó a sonar, intenté apagarlo pero estaba demasiado nerviosa, era mi novia, cogí el teléfono y sofocada contesté:
– ¿Sí?
– ¿Qué pasa Raquel, estás bien?
– Sí, sí… ahora voy
– Estaba empezando a preocuparme por que no venías, ¿dónde estás?
– Tranquila, aún estoy en casa enseguida voy.
– Date prisa por que esto se está llenando de gente y no tenemos reserva.
– Sí, sí ya voy…